lunes, 28 de abril de 2014

Puente de globos. Haiku

Un sábado por la mañana, allá por Noviembre de 2011, me topé con un montón de globos de colores unidos por un cordel gigante,  formando un puente sobre el río Bidasoa, uniendo Hondarribia y Hendaya.

                                                      Puente de globos
                                                      une los corazones
                                                      de Euskal Herria.


Hondarribia y Hendaya unidos por globos

ristra de globos bajo reflejo del sol

globos de colores en hondarribia




lunes, 21 de abril de 2014

Perros y gatos pixelados

Normalmente fotografío lo que veo, a veces lo que no veo y en otras ocasiones, como ésta, lo que me gustaría ver.


perro pixelado sobrevolando hondarribia

varios gatos pixelados encima de barandilla

perro cerbero pixelado en puerta

gato pixelado durmiendo encima de muro

dos perros pixelados en la calle

lunes, 14 de abril de 2014

Imágenes que dan miedo (II)

Aquí va la segunda entrega de mi galería de fotografías antiguas de lo horrible y extraño.


foto antigua de familia junto a arbol

foto antigua de mujer junto a una cruz

foto antigua de miles de murcielagos volando

hombre con mascara que tiene una gran boca abierta

foto antigua de mujer con dos niños

foto antigua de niño con una cabeza grande

foto antigua de un niño con una mascara

foto antigua de una sombra junto a una casa

foto antigua de dos niños

figura con una calavera en medio del mar

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Fotos que dan miedo (I)
Niñas que dan miedo...
Terror en el váter

lunes, 7 de abril de 2014

Ola de calor

Esta noche me muero, me muero de calor. En este momento de sábanas revueltas, salto de la cama, me pongo algo ligero y dejo que esta ola de calor me arrastre hasta la playa.
Estoy sola y descalza, me acompaña la luna, llena de deseos incumplidos, pero no me importa porque soy invisible. Ya no tengo secretos que guardar ni recuerdos que olvidar. Sólo quiero pasear y perderme.

relato visual de seis fotografías



Pero el mar me ve y me llama, y sus olas traviesas me acarician los pies y me salpican entera ... y siento mi vestido como una segunda piel, pegado, empapado y fresco a la vez.

De repente el mar me cubre hasta la cintura y una corriente de agua cálida se me enrosca en los tobillos, como tentáculos, ascendiendo poco a poco por los muslos, con caricias de algas y espuma que me paralizan, me estremecen y me hacen gemir ...





Y me abandono, dejo que la serpiente marina me posea, notando el ímpetu de las olas en mi interior, su palpitar y el eco de las mareas rompiendo contra las rocas.
Y me hundo en su abrazo eterno, que me envuelve y me retiene, sintiéndome cada vez más y más lejos de mí, mientras me susurra ancestrales canciones de amor perdidas en el tiempo.


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